LOS AUSTRIAS

La dinastía de los Austrias reinó en España durante los siglos XVI y XVII. Los monarcas de esta dinastía se dividen en Austrias Mayores (Carlos I de España y V de Alemania, y Felipe II) y Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II). Los Austrias Mayores protagonizaron la construcción del Imperio, y los Menores, la decadencia del Imperio hispánico. Esta dinastía se instauró en España a partir del matrimonio entre Felipe de Habsburgo (Felipe el Hermoso) y la infanta doña Juana de Castilla (Juana la Loca), hija de los Reyes Católicos. Este enlace real simbolizaba la alianza estratégica de Castilla y Aragón con el Imperio Habsburgo, frente al auge de la Corona de Francia en Europa.


El término Monarquía Hispánica se refiere al conjunto de territorios con sus propias estructuras institucionales y ordenamientos jurídicos, diferentes y particulares y que se hallaban gobernados por igual por el mismo soberano, el monarca español, a través de un sistema polisinodial de Consejos, El soberano actuaba como rey, según la constitución política de cada «Reyno, Estado y Señorio», y por tanto, su poder variaba de un territorio a otro, pero actuaba como monarca de forma unitaria sobre todos sus territorios. El respeto de las jurisdicciones territoriales no impidió un refuerzo de la autoridad y poder regio del monarca en cada reino en particular.

LOS AUSTRIAS MAYORES





LOS AUSTRIAS MENORES





Los Habsburgo: una dinastía marcada por la genética


En clase hemos hablado de los problemas de endogamia de la dinastía de los Austrias. a continuación os dejo un estracto de un reportage aparecido en la página web que os añado a continuación por si alguien quiere leer el documento entero: http://www.saval.cl/link.cgi/MundoMedico/Reportajes/15324

Nueve de los 11 matrimonios a lo largo de los 200 años que precedieron al nacimiento del último rey de esta dinastía fueron consanguíneos, hecho que provocó una serie de alteraciones genéticas en los miembros de esta casa monárquica.
La dinastía Habsburgo fue una de las familias reales más importantes e influyentes en Europa. Durante más de 500 años tuvieron bajo su mandato a numerosas naciones europeas como Austria, Hungría, Bélgica, los Países Bajos, el imperio alemán y España hasta el año 1700.
Durante ese periodo se produjo la espectacular expansión de un imperio en cuyos territorios “no se ponía el sol”. Las incesantes guerras y la crisis económica castellana fueron los principales síntomas de la decadencia de la rama española de la casa de Habsburgo, que desapareció en el siglo XVIII.
A estos datos se suma un nuevo antecedente que viene a reafirmar lo que la literatura histórica venía especulando hace siglos: el afán de los Austria de formar alianzas matrimoniales consanguíneas para mantener la herencia de la dinastía intacta, contribuyó a la extinción de la línea masculina sucesoria.
La muerte sin hijos del último gobernante Carlos II, con problemas mentales e incapaz de gobernar, abrió un periodo de incertidumbre que tras la Guerra de Sucesión en España dejó el poder en manos de los Borbones –actual casa reinante en España y en el Gran Ducado de Luxemburgo- y evidenció que la endogamia fue responsable de la desaparición de la línea masculina sucesoria y la extinción de esta dinastía.
Según textos de la época, Carlos II empezó a hablar a los cuatro años, a caminar a los ocho y durante los últimos años de su vida, apenas lograba mantenerse de pie y era víctima de alucinaciones y convulsiones.
Con la ayuda de la información genealógica de Carlos II, el Hechizado –vástago de un matrimonio casi tan entrecruzado genéticamente como una relación incestuosa entre hermano y hermana o padres e hijos- y de 3.000 ancestros a lo largo de 16 generaciones, los investigadores calcularon el coeficiente de consanguinidad (F), un valor que indica la probabilidad de que un individuo reciba dos genes idénticos por descendencia debido a la cercanía de parentesco de sus padres.
"Los Habsburgo sufrían de una mortalidad infantil más alta que la media de la población, aunque la familia era inmensamente rica y no experimentaba los problemas de salud relacionados con la pobreza como le sucedía a mucha gente en esos tiempos”, comentó el doctor Gonzalo Álvarez, director de la investigación, que además de ser genetista es aficionado a la historia
También sufría una de las más altas incidencias de deformidades físicas, que estaban mejor ejemplificadas en el famoso “labio Habsburgo”, una prominente desfiguración de la mandíbula inferior causada por un progmatismo mandibular. Se dice que la lengua era tan grande para su boca que tenía dificultad para hablar y se babeaba. También tenía una cabeza enorme, problemas intestinales, convulsiones y, según su primera mujer, eyaculación precoz.
Pero hay otro factor que también influyó en la extinción de los Habsburgo: la consanguinidad remota. "Esto es el hecho de que antepasados bastante lejanos también están contribuyendo a la consanguinidad de los individuos. En aquella época todas las dinastías europeas estaban conectadas unas con otras, así que también contribuyó esa consanguinidad arrastrada", señaló el profesor Álvarez. "Estos dos factores sumados contribuyeron a que individuos como Carlos II tuvieran una consanguinidad altísima, que en términos biológicos equivale a la que tendría un niño nacido de un matrimonio entre hermanos o entre padre e hija", explicó el experto.
Carlos II, enfermizo y débil de carácter, no supo afrontar los graves problemas que surgieron durante su reinado, de ahí que la suya fuera una etapa marcadas por la decadencia. Su esterilidad, que se achacó a un maleficio –de ahí su apodo de “el Hechizado”- fue el principal problema de los últimos años de su reinado. Sin embargo, los peligros de salud en tan alto nivel de consanguinidad, como ya hemos visto, fueron los que terminaron con su vida y con toda una dinastía. 







GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA
Guerra que enfrentó a Felipe de Borbón, con el Archiduque Carlos de Austria, por la posesión del trono español tras la muerte sin descendencia de Carlos II de Habsburgo. Felipe de Borbón era apoyado por Francia y parte de España fiel a él. El Archiduque Carlos, en cambio, era apoyado por el Reino Unido, el Imperio Austríaco, Holanda, Portugal, parte de España y otros Estados menores. Una de las principales causas de esta guerra, radica en el miedo de las potencias europeas a una alianza entre Francia y España, que podría materializarse si Felipe de Borbón subiese al trono español. Finalmente, la guerra concluyó con la victoria del candidato Borbón, y la aceptación de éste por las otras potencias europeas con la firma del Tratado de Utrecht, que, entre otras cosas,  impedía una unión dinástica entre España y Francia, disipando los miedos que anteriormente habían supuesto la oposición de buena parte de las potencias europeas a Felipe de Borbón, a la par que reconocían a éste como rey de España

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